Bailemos, si, hagamos giros en medio del mármol y el granito. Dejemos que el ritmo dicte nuestra suerte. Sencillamente esto es una complicidad. Costosa, pero gratificante. Seamos cautelosos y meticulosos, pues el más mínimo error podría arrastrarnos al marco de la puerta. O en su defecto, a la calle. Las agujas del reloj tienen algún problema porque no avanzan. El tiempo ha sido congelado y esto es de buena fortuna.
En las afueras del palacio esta nevando. Tal vez la tierra nos pide congregarnos y darnos calor humano, seamos fraternos y capaces. Esto de andar con rodeos no esta funcionando, y es que la humanidad nunca supo hacer nada con sutileza. La razón es muy curiosa.
"No sabemos controlar el fuego de la vida y el fuego de la vida no nos puede domar"
Seamos incorregibles, esta es nuestra misión. Ser imperfectos hasta demostrar que no podemos vivir sin la perfecta inmortalidad. Pero mientras tanto seamos unos malditos inmorales, bailemos, bebamos y hagamos el amor...
Alcemos esas copas hasta el cielo y digamos al cielo todos nuestros pecados...
Pero también digamos lo bueno que hicimos...
Digan a quienes odian que los desean en la tierra...
Y a los que aman, denles su bendición...
Porque mañana habremos de morir...
Ludwig VanBeethoven
-El Príncipe y El Hombre-
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