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lunes, 17 de diciembre de 2018

Inmortales (en contribución con @Gisland)

Almas vibrantes.

Dos almas, llenas de ímpetu
y erotismo se congregan en el cielo.
Están llenas de pasión,
son dos seres divinos absolutamente hermosos,
hermanos, amigos y amantes incógnitos.
Ella; es la que reina en la oscuridad,
siempre astuta; calculadora.
Hablamos de una deidad que representa una fiera
que acecha a su presa en las malezas nocturnas.
Él; es quien impera con su luz, arrogante,
elocuentemente iluminado.
Él representa a un niño que juega
en los jardines de una casa,
el típico niño inocente que tiene un victimario.

Que bellos son, todos le tienen una envidia inevitable
ya que todos ambicionan poseerlos,
todos desean tener en sus lechos a una diosa coqueta
y a un Dios guerrero.
Desean ver como una flor esparce su polen
en medio de la oscuridad,
quieren observar una espada fuera de su funda
derramar la sangre de incontables individuos.
Pero  todos ellos son unos nefastos
que no conocen lo que es ser fraternal,
no prestan atención al cruce de miradas de este par.
Ellos esconden algo,
algo mucho más profundo que un secreto
y más poderoso que el estallido de todas las estrellas
de esta u otra galaxia.

¿Quién lo hubiese imaginado?
Dos almas impregnadas de irreverencia absoluta,
hermanos que comparten el mismo lecho,
dos seres con caretas ajenas a sus almas,
porque las sabanas saben quiénes son en realidad;
un demonio y un ángel.
Ella lo desea poseer, domar, controlar
y hundir en lo más profundo de su busto.
El desea ser tomado, apresado, atado
y ver como cada gota de su sudor
enloquece a su diabólica mentora.
Ella mataría por ver la cara de su hermano
ardiendo de pasión,
simplemente quiere verlo perder el control de sí mismo,
desea verlo pedir más del néctar posesivo de la noche
el cual ella le otorgará sin inconveniente alguno.
Él se dejaría arrastrar al mismísimo infierno
solamente para ver la mirada seductora de su hermana,
solo necesita que ella pierda la cordura
y lo tome de la cintura como la mano toma a la copa.
Él sabe que ella desea verle expuesto y manso.
Eso no es problema para el...

En compañía de la soledad,
ellos bajan a suelo mortal para
simplemente escribir en sus cuerpos,
bellas y profundas expresiones que emanan solemnidad.
Son fieles a ellos mismos,
pero su fidelidad trata de mantener los mismos pensamientos
de cuando sus cuerpos se toparon por primera vez.
No importa qué cuerpos se posen en los lechos de ambos,
nadie podrá sustituir ese sentimiento
incestuoso lleno de lujuria.

Y que pensamientos tan fuertes
disponen estas almas inmortales,
quién iba a creer que una Diosa sería capaz de violentar
la imagen masculina de esa forma,
quién imaginaria que un Dios sería capaz de dejar
que lo usarán como si fuese un cuerpo refinado,
ambos hacen parte de un cambio radical
y maravilloso de roles.
No importa a quién les den su corazón,
pues, sus carnes ya tienen dueño,
no importa el tiempo o la distancia...
Ellos se verán en sus pensamientos.
Ella; sonreirá al pensar en su amado hermano,
desnudo e impaciente a la expectativa de cómo lo torturaría,
ver como sus caderas se estremecen por tanta excitación,
sentir como tiembla de miedo su pequeño hermano
al ver su mirada tan sádica y profunda.
Él; perderá la mirada en el horizonte
al pensar en su hermana,
extrañará todas las blasfemias eróticas de ella,
su desbordante pasión representada por una fuerza descomunal que sometía a su cuerpo,
sus manos que le acariciaban el pecho,
el dulce sonido de su voz...

Veamos sus pensamientos,
sigamos a la loca de la Luna y al señor de las estrellas
en su historia llena de lujuria, pasión y gloria.
No perdamos ni un instante,
porque sabremos qué pensaban ellos
al momento de sentir el roce de sus cuerpos,
dejemos que este incesto nos llegue a cada hormona
y consuma nuestra cordura...



Halos divinos.

“De los dos siempre he sido el más delicado,
sí, incluso antes de toparme contigo.
Siempre fui así;
delicado, sensible, empático
y excesivamente inocente.
Desde el principio eso fue lo que te atrajo de mí,
sí, un hombre completamente diferente,
creo que se excitaba cada célula de tu cuerpo el saber
que tenías a alguien con quien jugar
bajo tus reglas y términos.
¿Y por qué no?
Los mortales siempre son iguales;
toscos, payasos e insípidos.
Pero tú ambicionabas más,
querías algo que las tinieblas no hubiesen tomado,
algo que sea imposible de arruinar; y
¿Qué te dio nuestro padre?
Te mando luz, sí, una luz que podías abrazar
y rodear con tu oscuridad.
Te mandaron luz en la forma más pura; la de un Dios.
¿No era lo que deseabas?
Bueno, ahí lo tienes, un Dios a tu par,
a tu alcance, uno que esté a tu nivel.
Al principio querías destrozarme,
hacer cualquier cosa oscura y obscena conmigo.
Pero te tomó un tiempo entenderme,
saber cómo funciono, cómo me río,
cómo lloro, cómo bailo,
cómo sonrió y cómo dreno mi furia.
Te entiendo y no te culpo,
incluso a mí me tomó un tiempo entenderte.

Somos dos inmortales buscando divertirnos.
Con la misma sangre por las venas,
con un cielo en nuestras lenguas,
un infierno en nuestras mentes
y un paraíso terrenal en nuestros cuerpos.
Agregado a todo esto,
nuestras bajas miserias están dotadas.
Dime, ¿todos los dioses son así de benditos?
No lo creo.
Y es increíble todo este asunto,
una diosa siempre espera a que llegue un mortal,
un héroe que le da placer aunque sea por unos instantes,
no importa si es efímero.
Pero tú me tienes a mí, y que dicha, que felicidad.
Tú ya sabías que era ser dominado, avasallado,
sabías que era ser abogado entre placer y gloria...

Pero tu ambición te llevo al punto de querer dominar
y doblegar a cualquier individuo viril,
y aquí es donde entro yo.
Hablamos de un ser notablemente alto,
uno que toca el cielo,
que aparenta ser imperioso y dominante.
Por desgracia o tal vez fortuna,
tu viste tras esa mascara .
¿Y que llegaste a ver?
Tal vez te asombraste por lo que viste.
Un cuerpo que clamaba ser controlado,
que se le dominase cualquier parte de él.
Viste a un Dios guerrero expuesto, sumiso y desnudo.
Bueno, eso es lo que yo pienso,
esta es la posible impresión que tuviste de mí.
Una vez expuesto, tu podrías jugar conmigo.
Sí, te gustaba ver como los roles se cambiaban al instante,
ya tu no eras el dócil cuerpo
que se encontraba desnudo en la cama
esperando a ser torturado con todo el placer existente.
No ibas a ser la diosa atada.
No, nunca más.
Ahora yo iba a ser tu más obediente conejillo de indias.
Sí, sometido a tu yugo, disciplinado y
marcado con una vara de placer.
Ya sabes, hablo de esas marcas que enloquecen la carne
y que disfruta la mano que la azota.

¿Te sientes decepcionada de tu hermano?
No lo creo, cualquier otra alma refinada lo hubiese tomado como una burla a la hombría.
Pero tú no, tú eres la mano sádica que deseaba tomarme por el cabello
y susurrarme una infinidad de cosas grotescas al oído,
tenerme atado y con la cabeza hacia abajo.
Sí, un cuerpo viril siendo dominado y sumido a tus deseos.
Eso te excita ¿no es así?

Ven y tómame.
Haz que grite, llore, que me retuerza...
Haz que gima.
Tú amas verme así, te da placer verme suplicar, verme sufrir.
Disfrutas ver cómo tomo las sabanas con fuerza.
¿Exquisito, no?
Me tienes en un lecho, me marcas a cada segundo y
me torturas al menor rastro de disfrute.

A veces, suelo pensar que eres muy injusta,
no permites que disfrute absolutamente nada,
no hasta que me escuches suplicar.
Pero no es al primer clamor que lo haces.
No, tú maldad es tal que sigues esperando
ese momento exacto en donde me quiebro
y es allí que me permites sentir y disfrutar.
Soy un maldito masoquista.
Como disfruto verte usurpar mi cuerpo,
violarlo y quebrantarlo.
Tú eres el único ser que conoce mis debilidades carnales.
Una razón por la cual tu ego se acrescenta,
te sientes mi ama y señora,
nadie puede o podrá someter lo que es tuyo.

Te gusta observar como cada ser erótico me busca,
te ríes y a la vez te da furia.
Esto son tus celos,
los cuales son inmensamente oscuros,
te dejas enloquecer si otro Dios o Diosa
trata de usurpar mi temple.
Tu espada corta todo lo que me toca,
todo lo que no provenga de ti.
Cuando esto ocurre el excitado soy yo,
sabes que a pesar del ardor que tu látigo me produce
me encanta ser marcado por tus manos.

Dejemos que hoy, mañana,
pasado el día de mañana y así sucesivamente;
la noche nos cubra y
que tu infinita oscuridad desgarre mi cuerpo
hasta que mis gemidos digan cada letra de tu nombre
y que la luz de mi ser te colme la paciencia
hasta llevarte a la locura.
Quiero que tu boca haga galaxias con mis sistemas.
Hazme ver estrellas y yo te dejaré ver lo más diabólico
que hay dentro de mí,
haz que mi cuerpo se arquee tantas veces como requieras
y yo haré de ti una santa adorada
por tan magníficos milagros carnales.
Toca mi cuerpo, tócalo mientras permanece atado,
has que sude,
que sienta frío por fuera y
que el calor me consuma por dentro,
quiero ver que tan sádica e imperante
puede llegar a ser una Diosa;
una verdadera Diosa.

Los mortales tienen pactos de todo tipo.
Yo quiero uno donde eternamente tú me enseñes
y yo eternamente aprenda,
el arte de enseñar y el aprender.
Donde mi pago sea mi sumisión y el tuyo el control.
La única condición que te imponga es
que no me deseches como si fuese un mortal,
porque los regalos se disfrutan y no se desperdician.
Te pregunto ¿qué harás cuando nuestras miradas
se crucen ante la muchedumbre mortal?
Yo, sinceramente espero que sigas pregonando
tu amor fraterno e incondicional.
Pero deseo aún más que tu mirada diga;
"eres mío, no importa con quien estés.
Nadie te tendrá como yo te tuve...
Y como te sigo teniendo".
Y yo indudablemente responderé con mucha ternura;
"hasta el fin de los tiempos".

Somos dos seres vibrantes en el vasto cosmos
que buscan pasión, placer y secretismo.
Seamos dos elegantes personajes
que por dentro pregonan pasión y gloria...

"Tú serás la oscuridad de mi luz y yo la luz de tu oscuridad"



MELLIZOS OLMPICOS

"Suave.
Respira.
Esto es nuevo para ambos.
Vaya parque de diversiones
son las dunas de tu cuerpo hipersensible.
Aférrate a mi cadera al pasear
mis uñas por tu abdomen.
Tuyo es el día y mía la noche, no renuncies.
Tus labios llenos suspiran
con fuerza al detenerme.
La cercanía es peligrosa y aún así
no cruzamos la frontera.
El recuerdo de tu cuerpo caliente
me da escalofrío.
Piernas largas y vello corporal ondulado.
Sumérgete en la espesa madrugada.
Vuélvete adicto a mi descontrol y salvajismo.
Tu temple ha sido violado, me has dejado jugar.

Un cosplay inigualable.
Un incesto inevitable.
Una conexión innegable.

Cambia de idea.
Sumérgete en el rol.
Tu, yo y mi mente sucia.
Podemos morir miles de veces,
al borde del acantilado,
aún sin saltar se te acelera el corazón.
Sígueme el ritmo.
No estamos siendo infieles.
Es un juego inofensivo.
Tan simple como eso.
Te pagaría por clavar tus uñas
en la curva de mi espalda.

Los gemidos masculinos son mi debilidad.
Vamos, un poco más, no te rindas.
Estamos en la cumbre escarlata
del incesto, mellizo olímpico.
Los tragos de más y el wiski de Buchanas.
El vino que humedeció nuestras gargantas.
El Ron de miel y mi anticipación,
son suficientes para acalorarme.
Tienes un poco de la magia
de aquellas llamas del inframundo
corriendo por tus venas, no lo ocultes jamás.
Vuélvete pro e inhala el olor de tu excitación.

Debiste suponerlo cuando pedí
que durmieras a mi lado.
Oh, belleza.
Eres un postre agradable al paladar.
Causando pequeñas explosiones en la lengua.
Oh, belleza.
Moviéndote con esa electricidad en el éxtasis.
Retando con osadía en tu cautiverio.
Oh, belleza.
Floreciendo en un aura de prohibición.
Después de esta noche pensarás
que ser Dios, es solo una actitud.

Te susurraré cómo me agrada percibirlo,
teniéndote justo en donde me gusta sentirlo.
Cuando todo este dicho y hecho,
no podrás olvidar lo que pasó en el lecho.
Luchar es contraproducente,
pero déjame atarte y mostrarte
hasta donde llegan mis garras y colmillos.
Tómatelo con calma y aprecia la ironía.
Nuestro linaje felino es propenso a ronronear.
Deja que tu mente vaya más allá de lo carnal.
No te sorprenderá cuando escuches al reloj
dar la hora y fundirse con el sonido del látigo.
Deletrearás mi nombre con cada gemido,
estando acorralado y consumido
lo harás porque así lo habré pedido
sin un "por favor" de más.

Mi querido familiar espiritual.
No hay tiempo que perder.
Sin rodeos ni atajos.
Con cautela pero saboreando la entrega.
Dibuja en el lienzo tu sumisión.
Plasmaré al final la calidad de tu obediencia.

Los permisos respectivos se han dado.
Dime si acaso lo quieres por escrito y sellado.
Alimentaremos ese monstruo en nuestras pieles.
Mientras más lo combatas,
más pesará en tu consciencia mundana.

Acércate lentamente,
no te castigaré por tu curiosidad.
¿Lo recuerdas?
Aquí fue donde nos conocimos,
enredándote en mi meñique,
con mi mente diabólica y mi deseo sexual.
¿Estas seguro que quieres ser mío ante los cielos?
Te destrozaré de adentro hacia afuera,
sentirás lo que es la posesión y rogarás el final.
Aunque en tu corazón, solo querrás más.

Estarás a salvo dentro de mis muros de cerámica
Confiarás con tu inmortalidad,
a pesar de que cada célula de tu deidad
te griten que escapes de tu familiar.

Experimentarás la supernova dentro del mar.
Voy a hacerte dudar de tu espiritualidad,
te arrastraré a los confines de la adicción.
Tu lugar favorito en la galaxia será en adelante,
arrodillado ante la sirena de tu melliza dominante

Demasiados humanos cobardes
que no sacian mi hambre de perversión clásica.
Una noche conmigo
y no podrás dormir en paz por días.
Sabrás que lo mejor
es admitir quien tiene el control,
pero tu testarudez formará parte del aperitivo.
Tu latido será parte de la danza que gozaré.
Idolatrarás la forma en la que me muevo,
y no desperdiciaré ni un gramo de tu deseo,
cuando este quiera explotar en el infinito.
Pues hermano,
lo sabrás en cuanto la piel se te erice.
Tu Diosa predilecta ha llegado,
tanto esperando por algo distinto.
Quien no más, sino mi hermanito?

Mi padre me ha escuchado,
un pequeño y sucio secreto.
Mientras ningún mortal me toque,
la corrupción será permitida a manos de un Dios.
Pero yo seré ese Dios,
las riendas las llevaré yo,
las cuales ataré a tu reencarnación.

Sigue ese brillo,
mantén la discreción.
Te mostraré de lo que te has perdido.
Te daré mi toque
y te concederé mi marca color uva en tu cadera.

Y no será mi culpa,
si logras excitarme en tu atadura.
Así que colocaré mi boca en tu pecho,
justo a la altura que te imaginas.
Abre tus ojos y abraza el cambio.
Sé a dónde te llevaré,
ese lugar que nunca lograrás olvidar,
a la perdición de mis dominios en la oscuridad.

Debes ser fuerte, mantenerte comprometido.
No rendirte, es una experiencia irresistible.
Sabes a donde te empujaré
y no puedes culparme.
No es solo el deseo,
sentimos algo cósmico,
nuestro proceder nos influencia.
Yo quiero ser testigo
de qué estas dispuesto a perder
por arribar en mi isla griega.

Puedes contar las estrellas,
mientras tu cuerpo me llama.
Me implora que lo someta.
Soy y seré hinoptizante,
tu alma es mía, en esta vida y en la siguiente.
Cada movimiento es mágico.
Te guiaré a la oscuridad.
Somos sobrenaturales.
Serás mi estrella de la suerte.
Estaré para ti cuando tu luz vibre hasta estallar.
Como magnetos esparcidos,
nos atraemos a kilómetros de distancia.
Abriré tu mente, le daré libertad.

Mi lengua en tu cuello,
será el roce del anochecer en una tarde fría.
Apenas podrás respirar,
pero solo querrás caer un poco más.
Y esperarás impacientemente
a que haga un movimiento.

Mellizo, tu has iniciado.
Masoquista, inmoral.
Mantengamos el secreto.
Nadie en la corte, debe saberlo.
Hades nos condenaría al fuego eterno.
Un poco de peligro y tus poros se abrirán.
El sudor correrá y sellará tu sepulcro.
Seré la mujer que te doblegará por las malas.
Seré la mujer que acorralará hasta a tus miedos.
Seré la mujer que te azotará por un gemido real.

Sin derecho a retroceder.
Mientras se va el atardecer,
sonrío por la anticipación del placer.
Te espera una larga y ruda noche.
Al acabar te dejaré ir en paz.
Pero mañana aún te conoceré hasta los lunares.
Me dejarás entrar y aceptarás mis términos.
Tus condiciones no te resguardarán del dolor.

Ni siquiera soy tu prospecto acertado,
pero por esta noche rogarás que lo sea.
Te cuidaré hasta que despierte mi alma oscura.
Creerás que soy lo correcto,
pues como yo nadie que guarde tu secreto.
Encenderemos con tu luz radiante
la habitación en penumbra.
Nos daremos la buena vida.
Deslizaré de tu cuerpo la tela impertinente.
Mis dientes conectarán
con la temperatura de tu sangre.
Ese carmesí hervirá mi temple,
cabalgar al Sol nunca se sintió tan real.
Los Dioses también pueden sangrar.
Delicioso néctar hecho de poder.
Esto es lo que buscabas y es lo que tendrás,
aunque tengas que reír y llorar por ello.

Las dragmas no alcanzan
cuando lo que anhelas es algo carnal
y excesivamente sagrado e inmortal.

No posees voz y voto aquí.
Te has dejado domar,
te doblegaré de todas las maneras,
las que más me den curiosidad
y esté ansiosa de probar.

Ensayo y error.
Te haré gritar mi nombre.
Te alegrará haberme dejado pasar.
Te subestimarás por dejarte dudar.

Caminando en cables electrizados.
Sentirás como dreno de tu energía,
para crear algo maravilloso.
Sentirás los fantasmas de mis roces en tu piel.
Serás más consciente de la corriente eléctrica,
al verme pasar, al intercambiar miradas.
Te llevaré alto, hasta el infinito.
Nunca seré tu amante.
Perfectos mentirosos.
Percibirás como se tensa la cuerda.
Solo podrás ser mío,
pero no estaremos juntos jamás.
La megalomanía es asquerosamente poderosa.

Fuiste mi mejor "que pasaría si"
Y mi peor "nunca sabré",
que finalmente se convirtió en mi único
"nadie jamás podrá entender".

Pasa que contigo el desenfreno toma control.
Mis demonios se liberan y puedo volar.
Soy a prueba de balas, probándote sin chistar.
Piel con piel, en esta encarnación.
Mi desequilibrio ríe a poca distancia de ti.
Algo tiene tu poder,
algo tiene tu cosmos,
algo tiene tu energía.
La rastreo y me ahogo en ella.
Dulce venganza personalizada.
Te haré ahogarte en la perdición.
Y suplicarás al borde del abismo,
mientras me reservo la imagen divina
de tu imperio de voluntad en ruinas.

Te devoraré cual Kraken en el océano.
Te comeré vivo para mi gusto,
serás obediente si pretendes sobrevivir.
Mis monstruos te sujetarán a la cama.
Y tus gemidos retumbarán en tu cabeza.
Una sensación de la que no te librarás.
Hay algo tangible en nuestros ojos profundos.
Existe algo que nos hacemos mutuamente
y que nadie más puede hacernos saborear.
Y te sientes igual que yo.
Quemando nuestro cuerpo mortal.

Cuando los Dioses mueran
y seamos parte del infinito,
seremos ángeles jugando en el jardín del Diablo.
Unas merecidas vacaciones en modo incógnito.
Obtendremos el sexo rudo que deseamos.
Sabremos que seremos buenos uno con el otro.
La inocencia perdida, pero el alma llena.

Probablemente seas mi verdadero amor.
Una psicópata y un sociópata.
Mi fuego negro te consumiría por la eternidad.
Me mantendrías a salvo en tu bondad.
Hambrienta de placer, siempre querría más.
Serías capaz de soportarlo?

Entre tus deseos y los míos
haríamos arder el mundo.
Tendríamos miedo de no satisfacernos.
Caníbales poderosos arrasando la humanidad.
La química haciendo estragos en la cordura.
Y el universo haría silencio
cuando te viera del cuerpo de otro disfrutar.

Cuidado, podría cazarte por siempre.
La eternidad sería tu enemiga,
viendo morir a cada amante mundano.
Hasta que peregrines hasta mis pies,
admitiendo tu error olímpico,
compartiendo mi posesión
a manos repugnantes de feligreses perecederos.

¿Me has visto últimamente?
No pierdas de vista el norte.
Estaré todas las noches irrumpiendo en tu cuarto
La luz plateada de mi poder,
acariciando tus piernas descubiertas de manta.

He estado gobernando el mundo.
Soy una mujer egoísta, pero ya eres mío.
Y tengo tiempo suficiente para jugar,
siempre lo habrá para mi placer culpable.
Llorarás en mi regazo al acabar
y yo seré la autora de tu desastre.
Te mantendré alerta,
podrás ver tu propia Aurora Boreal
al retorcerte sobre el edredón,
conteniendo un grito memorable
y tus muñecas atadas lejos de mi cuerpo.

Serás mi invitado,
seré tu Diosa
y te inclinarás ante mí porque
solo así te concederé mi agonizante placer.
Y aceptarás sin luchar,
porque a eso has venido, mellizo olímpico."

Att: Artemisa

Armisticio

Mírame, mírate, ¿no crees que perdemos el tiempo?... Tu vas con tu resentimiento e indiferencia... Yo solamente intento no volverme loco... ...